No pasa nada si no lees, el problema es si lo haces, porque entonces pasa TODO.

¡Hola literautas! Guillermo Arriaga respondió así cuando le preguntaron lo que opinaba sobre el hábito de la lectura y me encanta la respuesta porque no obliga a nadie a que tome un libro, ni hace menos al que no lee, sino que se limita a decir que para él la lectura lo tambalea, lo confronta y en consecuencia, le mueve la vida (estas son mis palabras pero de manera similar lo dijo el autor jaja).

Uno nunca dimensiona cuál es ese instante que desatará en efecto dominó, una serie de cambios en la vida. Como cuando conocí al que después sería mi novio; no es como que al equivocarme de clase fuera consciente de que se trataba de un evento canónico, sino que requirió de tiempo para llegar a notarlo. Así me pasó con el primer libro que leí, no esperé que a partir de ese día los libros terminaran con mi economía, mi vista y mi sueño (el de los desvelos, claro).

Y como pronto se cumplen tres años de la cuenta, quiero compartir con ustedes los treinta libros que mejoraron mi existencia, que me abrazaron/cachetearon y que muchas veces a la mala, me hicieron dar pasitos pequeños hacia adelante. Hay algunos en los que bastó una frase y otros que fueron las circunstancias en que los leí las que los posicionaron en esta lista.

No habrá un orden de preferencia, ni tampoco es que todos sean libros favoritos; pero sí que me hicieron corto circuito y son ahora un referencial del antes y después de la lectura. Tampoco creo que pueda lograr terminar esa lista antes de diciembre, pero al menos ya habré comenzado. ¿Listos para este maratón literario?

¡Los leo pronto!